ESCUELA POLICIAL DE RIO NEGRO

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viernes, 27 de agosto de 2010

SENDERO LUMINOSO


Una facción de la guerrilla de Sendero Luminoso recluta niños para adiestrarlos en la lucha armada y en el narcotráfico en Perú, denunció el domingo el jefe del frente contrasubversivo del Valle Apurímac Ene (VRAE, sur), general Leonel Cabrera.

“Ellos ordenan reclutar niños para que sean adoctrinados en las escuelas populares de Sendero Luminoso. A ellos les llaman pioneros”, dijo a periodistas el general del ejército.

Un menor de edad, de nombre Alcides, fue rescatado de un campamento senderista en una reciente incursión de las fuerzas de seguridad, acotó el jefe militar.

La facción aludida por el general Cabrera es la que lidera Víctor Quispe Palomino, camarada “José”, quien está además comandada por dos de sus hermanos con quienes ha formado un “clan familiar que opera como un brazo del narcotráfico”.

Además de propugnar la continuación de la ‘guerra popular’, Sendero Luminoso también apoya a los traficantes de drogas que operan en el VRAE, explicó el general Cabrera citado por la agencia estatal Andina.

Las autoridades militares sostiene que el narcotráfico y la tala ilegal de árboles se han convertido en la mayor fuente de ingresos de la guerrilla en esa región de Perú.

El uso de niños por parte de Sendero Luminoso ha sido denunciado desde agosto de 2009 por grupos de derechos humanos peruanos ante Naciones Unidas, que condenaron el empleo de menores de edad en acciones terroristas.

FUENTE: UNIVISION.COM 24AGO10



HISTORIA DE SENDERO LUMINOSO

POR EL LIC. CARLOS PEREYRA MELE

Sendero Luminoso (SL) se lanzó a la lucha armada, a la que denominó conforme su adscripción ideológica al stalinismo-maoísmo, como “guerra popular prolongada”. Inicíó la lucha armada un día antes de las elecciones de 1980 que devolvieron el poder a Fernando Belaunde Terry tras el desbarrancamiento de la experiencia militar “populista” (es decir, nacional-popular) iniciada en 1968. SL irrumpió quemando las urnas para sabotear las elecciones y poniendo una bomba en la tumba de Juan Velasco Alvarado. Con estas acciones, SL revelaba su oposición simultánea al régimen partidocrático y al nacionalismo militar que había querido enfrentarlo. Lo primero resultaba meritorio, especialmente en un momento en el que el grueso de la izquierda peruana se había reconvertido al democratismo. Pero lo segundo, como se demostraría trágicamente, fue catastrófico, ya que preanunciaba su aislamiento y derrota final a manos del régimen semicolonial y sus aparatos represivos.




Hidalgo Morey constata casi sorprendido la impericia de SL y de su excéntrico líder, Abimael Guzmán (autodenominado “Presidente Gonzalo") respecto del pensamiento de Mao tse Tung, el cual decían seguir. Así lo narra Hidalgo Morey: “Sendero ejecutó una guerra equivocada. Mao calificaría su actuación como puro ‘aventurerismo’, por insistir en ejecutar una guerra imposible de ganar”. Y agrega: “Cuando apareció Sendero anunciando que su guerra seguía la estrategia maoísta de cercar las ciudades desde el campo, su discurso me resultó absolutamente familiar, y volví a los escritos de Mao para ver cómo, Guzmán, había adaptado la estrategia maoísta a la realidad peruana: gran decepción. De Mao sólo quedaban los grandes títulos. Tuve el convencimiento de que el pensamiento guía era la peor estafa ideológica que alguien hubiera perpetrado en algún momento. Mao –de quien soy un profundo admirador en su faceta de estratega y conocedor de la guerra y su discurso no merecía esto”.



SL partía de tres supuestos teórico-políticos: 1) Perú era un país semifeudal; 2) existía en 1960 una “situación revolucionaria” en Perú; 3) el campesinado es la “fuerza motriz” de la revolución. Pero los tres supuestos eran falsos: aunque semicolonial, Perú era un país capitalista, lo cual determinaba que la “fuerza motriz” de un proceso revolucionario no estuviera en el campo sino en las ciudades. En cuanto a la existencia de una “situación revolucionaria”, ello constituía sencillamente uno de los tantos delirios del “Presidente Gonzalo”: las clases dominantes acababan de recuperar el pleno control del aparato estatal a través de la maquinaria partidocrática aprovechando la derrota de la experiencia nacional-popular de las Fuerzas Armadas y la desestructuración del frente nacional antiimperialista.



Si la política que debía orientar la estrategia de SL era errónea, más errónea todavía resultaba ser la estrategia delineada para llevarla adelante. La “guerra prolongada” del maoísmo presupone: 1) un ejército propio; 2) una fuerza guerrillera propia; 3) apoyo popular; 4) simpatía y ayuda internacionales. ¡Pero SL carecía de todas estas condiciones! Por esa razón, cuando a partir de 1982 el gobierno convoca a las Fuerzas Armadas, la suerte de SL está decidida: expulsado del territorio campesino en el que operaba, SL se refugia en la ciudad. Pero ahí su “guerra de guerrillas” se transfigura en mero terrorismo, lo cual contribuye aún más a su aislamiento. Sin apoyo popular, ni en la ciudad ni en el campo, sin fuerza militar propia y sin ganar adhesión internacional, SL se ve obligado a establecer acuerdos con el narcotráfico. Pero esto, si bien le reporta beneficios económicos, compromete su imagen política y moral. Hay párrafos notables en el libro, cuando el autor, un hombre perteneciente al aparato represivo del Estado semicolonial, se permite impartir lecciones elementales de marxismo a quienes pretenden ser sus representantes en Perú. Dice Hidalgo Morey: “En toda la documentación difundida por Sendero salta a la vista que su análisis de la sociedad peruana es incompleto, y sobre todo, forzado. Las condiciones objetivas del Perú están caracterizadas en términos absolutamente teóricos, como para adecuarlas a la necesidad de seguir el modelo maoísta. En todo caso, si aceptáramos la validez del análisis de Guzmán, tendríamos que convenir que su diagnóstico se refiere a los problemas estructurales del Perú, de ninguna manera a lo que significa una situación revolucionaria en desarrollo”. ¿No le proporciona el coronel peruano una magistral lección de metodología marxista a la supuesta “cuarta espada” del comunismo internacional? Ya Trotsky había advertido en 1938 que “lo más importante y lo más difícil es definir por un lado las leyes generales (...) y por el otro descubrir la combinación especial de esas leyes en cada país”. Ciertamente, SL definía mal las “leyes generales” (¡caracterizaba al país como feudal, al campesinado como la fuerza motriz de la revolución, y veía en las Fuerzas Armadas el equivalente del invasor japonés que tenía Mao enfrente!), pero, además, ni siquiera se preocupaba por “distinguir los problemas estructurales de Perú” de la dinámica política en la que esos problemas estructurales se manifestaban, como observa Hidalgo Morey.


FUENTE:

http://licpereyramele.blogspot.com/2010/07/la-historia-de-sendero-luminoso-bajo-el.html





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