SITUACION ACTUAL
A DECIR DE LA ANOMIA
INTRODUCCION
La escena transcurre en Berlín, corre el año 1938. Dos diplomáticos de carrera, uno alemán y el otro argentino, conversan sobre las cada vez más intensas tareas propagandísticas que el nacionalsocialismo realizaba en el exterior, específicamente en la Argentina.
El tema había cobrado actualidad por la denuncia que habían hecho asociaciones de derechos humanos y algunos legisladores socialistas de la Argentina, obligando al gobierno de turno a presentar una queja formal ante el gobierno del Tercer Reich.
El diplomático alemán, v. WeizsŠcker, inquirió al argentino, el embajador Labougle, ¿cómo era posible que grupos de agitadores nacionalsocialistas hubieran logrado durante seis años desarrollar sus actividades sin que se hubiese producido ninguna reacción por parte de las autoridades argentinas?
El embajador de Argentina contestó: "porque la Argentina es un país donde, en general, cada uno hace lo que quiere".
Esta inobservancia de las normas, muchas veces el desdén despectivo hacia las mismas, no es patrimonio exclusivo de la Argentina, pero distintos indicadores tienden a mostrar que el "todo vale" es un rasgo fuertemente arraigado en la sociedad argentina.
Las violaciones a las normas del tránsito son un buen ejemplo de lo dicho. Según una investigación realizada en Buenos Aires, cada automovíl particular viola un semáforo en rojo una vez por día, aproximadamente. Los colectivos, cada uno, violan semáforos a razón de casi dos por hora, cada día. En términos comparativos, la Argentina es el país con el mayor número de muertos en accidentes del tránsito en el mundo.
Una forma de ser
Pero el tema no se agota en el incumplimiento de normas viales, también se violan los códigos edilicios, se adulteran alimentos y medicamentos, se falsifican títulos profesionales, no se cumplen los horarios (la puntualidad en un sentido amplio es una norma que no sólo caracteriza a la vida civilizada, sino que mejora la eficiencia de la sociedad en general), se ensucian los espacios públicos y se pagan sobornos para no cumplir con determinadas normas.
Según datos de Gallup Argentina, casi un cuarto de la población está dispuesto a dar dinero a la policía para evitar una multa, cantidad similar de personas se siente inclinada a no facturar trabajos para pagar menos impuestos o lograr certificados médicos no veraces, que justifiquen su inasistencia al trabajo. Según la misma fuente, prácticamente la mitad de los argentinos, si encuentra dinero, ni piensa en buscar a su dueño, sino que se lo queda.
Este menosprecio por la normatividad por parte de una determinada sociedad fue estudiada por el sociólogo francés Emile Durkheim en el siglo pasado y acuñó el término "anomia" para describir ese comportamiento social. Durkheim sostenía que en una situación en la que se borran todos los límites, los deseos y las pasiones se vuelven desmedidos. La insuficiencia normativa (no porque las normas no existan, sino porque su cumplimiento no es percibido como obligatorio) produciría un estado social de crispación y ansiedad por lo infinito: la passion de l´infini.
Peter Waldmann ha definido la anomia como un estado de desorganización social que se remite a la falta de normas claras y vinculantes.
En la Argentina, las normas existen, aunque es cierto que a veces la yuxtaposición de las mismas o su carácter contradictorio ofrecen la excusa para evitar su cumplimiento. No es la ausencia de normas lo que explica el carácter "anómico" de la Argentina, sino el desprecio a la normatividad por parte de segmentos considerables de la sociedad.
Jaime Potenze contaba hace unos años en la Fundación Carlos Pellegrini que era muy común que, frente a una comisaría, cuando un agente de policía aparecía con alguien al que llevaba preso, la gente que se reunía allí gritase "que lo larguen, que lo larguen".
Solidaridad para el delito
Existe en la Argentina una solidaridad con quien delinque. Estadios de fútbol repletos ovacionan a un director técnico violador de un menor. Un jugador de fútbol, adicto a las drogas, es colocado como la cara visible de una campaña contra el uso de drogas. Ese mismo jugador, ante el asedio periodístico, descarga una escopeta contra reporteros y la condena no termina de fijarse porque el poder político percibe una opinión pública mayoritaria favorable a su absolución.
Evidentemente, una justicia dependiente del poder político o de la opinión pública, no constituye un factor que ayude a disminuir el caudal de anomia de una sociedad. En términos generales, la anomia sólo puede ser combatida mediante un Poder Judicial que imparta justicia sólo ateniendose a las leyes.
En la Argentina, el Poder Judicial sufre desde hace décadas una fuerte devaluación social. Innumerables sondeos muestran que los argentinos no confían en la Justicia y, además, están convencidos de que intereses de distinta índole influyen en las decisiones de la judicatura.
Qué valor puede otorgar una sociedad al cumplimiento de las normas si la institución cuya función es asegurar ese cumplimiento no es confiable, sus atribuciones no son cumplidas cabalmente, sus acciones no son justas y para pertenecer al cuerpo se requieren, en algunos casos, otras condiciones que las relacionadas con la función.
Evidentemente este hecho produce anomia, pero también muestra anomia en la propia institución judicial.
1. CARLOTA JACKISCH. LA NACION . 28 DE SEPTIEMBRE DE 1997.
Visto este marco cabe preguntarnos, atraviesa nuestro país una crisis?
No cabe duda de que nuestra República viene atravesando la crisis más profunda y prolongada de su historia, cuya integridad no deja, prácticamente, aspecto, sector, región o segmento alguno de la vida argentina sin afectar, aunque las proporciones, alcances y capacidad de absorción sean, en las distintas situaciones, diversas.
Pero, a diferencia de otros antecedentes de crisis, propios o extraños, nunca tan graves, sin la ocurrencia de cataclismos inevitables, nos atrevemos a sostener que, lamentablemente, en nuestro caso, las causas son más endógenas que exógenas, más estructurales y sistemáticas que coyunturales y más extraeconómicas que económicas.
No obstante, debemos admitir -con no poca resignación- que la importancia y persistencia de los efectos inmediatos y mediatos, derivados de esas causas, se reflejan dramáticamente en lo humano, social y económico, y que es lógico prever que no será breve, ni fácilmente llevadero, el tiempo necesario para la solución, reversión o, por lo menos, la perceptible atenuación de esta crisis.
Si, como lo suponemos, convenimos que en principio esto es así, en la caracterización, causas, efectos y reacción ante esta crisis, nos permitimos plantear que su solución exige atender, con premura, prioridad y equidad, al capital humano y al capital social argentinos, para recuperarlos y potenciarlos.
Ocuparse del capital humano, implica hacerlo de la salud, alimentación, educación, cultura y vivienda, en cantidad, calidad y generalidad, para posibilitarle su necesario protagonismo participativo e inclusivo, efectivizando así la dignidad de su libertad responsable.
Contrariamente a lo que sucede con los recursos y bienes económicos, en general, cuya demanda y consumo restringe su disponibilidad y los hace más escasos, la mayor difusión, en cantidad y calidad de información relevante, conocimientos y habilidades, a través de la accesibilidad a educación y cultura calificada, enriquece esa disponibilidad y la torna más abundante, en correlación con su mayor demanda, necesidad y uso.
En lo que al capital social se refiere, éste se construye con la confianza recíproca, el respeto mutuo, la participación comprometida, la cohesión, la solidaridad, la asociatividad. En suma, con la plena vigencia de fines y valores compartidos y de prácticas individuales, grupales y colectivas, de convivencia civilizada; tipo de convivencia que se verifica en el cumplimiento de las normas escritas y consuetudinarias y con las obligaciones asumidas, más por apego a ellas, que por temor a la sanción de su violación.
También en el caso del capital social, se da lo señalado en relación con el capital humano, al sostener que la demanda, necesidad y difusión de información, educación y cultura, al hacerlas más accesibles, acrecientan su disponibilidad, en lugar de reducirla. Es por ello que las creencias compartidas y las prácticas generalizadas de convivencia civilizada y tolerantes de la diversidad, no resistentes y proactivas al cambio, tienen efecto multiplicador y enriquecen y fortalecen el tejido social.
Capital humano y capital social se constituyen así en pilares fundamentales, posibilitando la igualdad de oportunidades y la movilización social ascendente. Así es factible un progreso sostenido y un mejoramiento continuo, construidos en paz y armonía, en una sociedad integrada y menos desigual, donde todos tengan algo que cuidar, algo que defender, algo mejor que esperar, fundadamente, en un futuro no tan distante, que motive y justifique sus conductas positivas y comprometidas.
Cuando no se atiende a la consecución y preservación dinámica de tales condiciones, se crea un clima ambiental enfermizo. Es que la ausencia de oportunidades laborales, con alta desocupación, subocupación y hasta inocupación, por falta de empleabilidad, sumadas a la fragilidad de una creciente marginación socio-económica-cultural, conduce a la pérdida de la autoestima. Ésta es la consecuencia casi inexorable cuando se percibe que el mercado de trabajo no demanda, o demanda precaria y transitoriamente, lo que se le ofrece, lo que implica desvalorizar a los oferentes, que así experimentan una pérdida o declinación de su pertenencia económica.
La persistencia de estas condiciones y la dependencia de la asistencia pública o privada, que mitigan la desaparición o disminución del autosostenimiento, concluyen por afectar la valoración macro y micro social de quienes, al depender de la asistencia, resienten su libertad y, finalmente, su dignidad, que no se conservan al vivir con la mano tendida en busca de ayuda.
Lo peligroso de esos fenómenos económicos y sociales, que pueden poner en riesgo la cultura y la ética del trabajo y el legítimo orgullo de poder atender a la propia subsistencia, es que, mientras ello acontece, se mantiene la pertenencia política en los sistemas democráticos y se sigue disponiendo del voto, que acuerda el derecho a elegir, sólo que, en tales extremos, lo más probable es que caiga presa del clientelismo político, o se vote en negativo, por el rencor y el resentimiento, por la desesperanza. De ese modo se corre el gran riesgo de alimentar y estimular aventuras e irresponsabilidades políticas que pueden agravar aún más lo social y lo económico.
Por todo ello, creemos más que justificado el preocuparse y ocuparse racional y honestamente de recuperar y potenciar nuestro capital humano y social. En tal caso, no sólo las inversiones en ambos planos serán las de más alta rentabilidad económica, social y cultural; además, como hemos señalado, tienen la rara virtud de que la demanda de sus atributos, enriquece y acrecienta su disponibilidad, en lugar de disminuirla, como ocurre normalmente con los recursos y bienes económicos que son escasos por naturaleza. De manera que así atenderíamos a un capital que aumenta en cantidad y calidad, tanto cuanto más se lo requiere y usa, además de su sinergia y efecto multiplicador en otros aspectos de la vida social.
2. Jaime ABUT ECONOMISTA Y PROFESOR UNIVERSITARIO.
DESARROLLO
En atención a lo hasta aquí expresado , surge la hipótesis de que a partir de los sucesos del año 2001, se han acentuado los procesos que conducen a una fractura política social y económica de carácter general, ahora bien, esta circunstancia implica la acentuación de los procesos y estados anomicos en cuanto a que ahondando en una mayor conceptualización teorica del tema que nos trata, nos encontramos ante una insipiente desorganización social que se traduce en la disociación entre las aspiraciones culturalmente prescriptas y los caminos socialmente estructurales para llegar a dichas aspiraciones.
A su vez, las tensiones así generadas desorganizan las normas valorativas de la personalidad, produciendo el efecto de anomia, o sea un estado de angustia colectiva ocasionado por un debilitamiento pronunciado de las normas vigentes. Al respecto ahondo el estudio de este tema en mi blog : http://fernandopanasiuk.blogspot.com/2008/09/anomia-generalizada.html
La anomia social e individual
Loa estados anómicos crean, por el deterioro de las instituciones y de sus valores éticos, un campo propicio de diversas ideologías extremistas de tipo autoritario o de sectas religiosas muchas veces antisociales. Los estados anómicos pueden detectarse, a grandes rasgos, a través de indicadores altamente significativos:
· Suicidios y/o intentos de suicidios
· Enfermedades mentales y/o psicosomáticas
· Divorcios u otros problemas familiares
· Drogadependencia y/o alcoholismo
· Delincuencia
Para numerosos autores, estos estados son producto de debilitamiento sociocultural. Es necesario recordar que la angustia colectiva creada por situaciones de inestabilidad social constituye la manifestación mas típica de la desorganización social.
Por su parte, la inseguridad colectiva se describe como el no saber a qué atenerse y que suele originar en la escena política estados autoritarios, ya que “es preferible la autoridad con seguridad que la libertad con miedo”. Este tipo de solución permite un alivio de la angustia, ya que constituye una respuesta que evita la vulneración de la necesidad básica de seguridad.
Se estima indispensable establecer la relación existente entre anomia y angustia, a fin de facilitar una mejor comprensión del tema abordado. Anomia es falta de normas o debilitamiento del sistema normativo; en cambio la angustia pasa a ser un estado consecuencia de aquélla y que se define como un estado en que se hace manifiesta la presencia de aprehensiones encubiertas.
La anomia es la causa, el efecto es la angustia que la indefinición y desprotección del sistema normativo provoca.
Características estructurales de la desorganización social
Todo lo antedicho permite esbozar una síntesis teórica del proceso de desintegración y las condiciones de su explotación político-estratégica. Interesa resaltar que el debilitamiento extremo de los controles sociales provoca múltiples efectos negativos en la organización social, en la conducta personal y sus motivaciones y actitudes, produciendo de esta manera la aparición de la desorganización social y personal (anomia individual).
La desorganización social es, en definitiva, destrucción de las disposiciones y controles sociales, respectivamente. Tal situación implica, en términos generales, que las normas sociales se han deteriorado gravemente. Se advierte un debilitamiento simétrico de las creencias y valores establecidos.
Cuando sobreviene este fenómeno social, se observa una desmoralización creciente de la población, que pierde su moral y se torna errática y apática. Dicho de otro modo, los cambios que se detectan en procesos de desorganización social pueden ser tantos y tan destructivos, que ya no son alcanzables o no parecen deseables las metas que la gente percibe normalmente, impulsadas por su propio grado de socialización. Así, el deterioro de los controles sociales –en especial los concernientes de la familia, religión, educación y arte– acarrea la aparición de innumerables fenómenos psicosociales, tales como:
1) Alteración de las normas sociales y aparición de desarraigo nacional y social;
2) Marcada tendencia al cinismo y al escepticismo;
3) Tendencia al individualismo extremo;
4) Incremento de la criminalidad;
5) Aumento de la inestabilidad mental y de las enfermedades mentales psicosomáticas,
6) Desajustes, tensiones y conflictos familiares en tres niveles:
a) Conflicto y desequilibrio entre la familia y la sociedad;
b) Conflicto y desequilibrio entre familiares;
c) Conflicto y desequilibrio en la personalidad de cada miembro de la familia.
7) Incremento de los suicidios y/o intentos de suicidios;
8) Aumento significativo del consumo de drogas y alcohol;
9) Incremento de las conductas especulativas;
10) Fenómenos de violencia colectiva (turbas y tumultos);
11) Ola de ocultismo y pseudomisticismo con la proliferación de videntes y magos;
12) Surgimiento del pensamiento pampléctico, o sea de la percepción de que la situación existente es un castigo divino;
13) Proclividad, por aumento de la credulidad, a aceptar y difundir rumores alarmistas;
14) Actitud favorable a las ideologías totalitarias y/o de negación;
15) Bajo nivel de disciplina social;
16) Brecha significativa entre la cultura ideal (lo que se debe hacer) y la cultura real (lo que se hace);
17) Aumento del gusto por los juegos de azar;
18) Incremento de las subculturas divergentes y de las contraculturas (terrorismo, etc.).
Ahora bien en función de las premisas expuestas vemos que resulta posible el resurgimiento de ideologías extremas y para poder arribar a un mejor entendimiento resultara ( EN ESTE MARCO) necesario destacar algunos conceptos teoricos a saber:
TERRORISMO:
La resolución 51/210, «Medidas para eliminar el terrorismo internacional», adoptada en la 88 Asamblea Plenaria, de 17 de diciembre de 1996, proclama en el punto I.2 que la Asamblea General de las Naciones Unidas:
«Reitera que los actos criminales encaminados o calculados para provocar un estado de terror en el público general, un grupo de personas o personas particulares para propósitos políticos son injustificables en cualquier circunstancia, cualesquiera que sean las consideraciones políticas, filosóficas, ideológicas, raciales, étnicas, religiosas o de cualquier otra naturaleza que puedan ser invocadas para justificarlos».
Aunque no existe una única definición aceptada universalmente de terrorismo, en 2004 un Comité ad hoc dependiente de la ONU propuso definir el terrorismo como:
«Cualquier acto destinado a causar la muerte o lesiones corporales graves a un civil o un no combatiente cuando el propósito de dicho acto, por su naturaleza o contexto, sea intimidar a una población u obligar a un gobierno o a una organización internacional a realizar un acto o abstenerse de hacerlo».
Características del Terrorismo
· El terrorismo es una forma de lograr el temor. Crea un estado de alarma en la población.
· El miedo de la población general lo fortalece más que su propia capacidad. Emplea medios capaces de producir peligro general o común. Ese peligro se traduce en terror.
· Las víctimas del terrorismo no son necesariamente el objetivo principal de los terroristas. El objetivo del terrorista frecuentemente será seleccionado por su “valor simbólico”.
· Los terroristas buscan publicidad.
· El éxito táctico y la misión estratégica de los terroristas no están necesariamente relacionados. Una misión en particular puede fallar pero al mismo tiempo puede contribuir a los objetivos de largo alcance.
· Los incidentes terroristas frecuentemente son usados como propaganda armada y usan violencia por su valor de impacto. El refrán palestino "si un individuo es castigado, entonces cien tendrán miedo" es aplicable para estos casos.
· Los ataques terroristas son raramente suicidas. Son profesionalmente planeados y el terrorista es comprometido y está preparado para morir por su causa, pero normalmente no planean morir en la ejecución de su misión (excepto en el caso del terrorismo islámico, que emplea asiduamente terroristas suicidas).
· La cantidad numérica de terroristas normalmente no tiene importancia. Un grupo pequeño, bien organizado, armado y con buen liderazgo puede causar muchísimo daño.
· Los sistemas de transporte contemporáneos proveen a los terroristas los medios para incrementar sus ataques en cualquier parte del mundo.
· El terror es una forma de guerra efectiva y barata. No es necesario tener una fuerza armada bien equipada para implementar una operación terrorista exitosa.
· El terrorismo puede ser usado por un país pobre como su manera de guerra. Puede ser que el terrorismo sea la única manera que un país pobre pueda atacar a una superpotencia moderna.
· La mayoría de los terroristas contemporáneos están bien motivados, entrenados y equipados. Poseen una cosmovisión propia y excluyente, no aceptan otros modelos. Se caracterizan por el fanatismo.
· En muchos casos los terroristas son apoyados internacionalmente.
· Pueden ser abastecidos con armas, dinero, equipo, inteligencia, y hasta propaganda de otras naciones.
Objetivos de largo alcance del acto terrorista
1) Causar un cambio dramático en el gobierno, sea derrocándolo o por un cambio significativo en su política, o desestabilizándolo.
2) Causar una campaña de desinformación constante para desequilibrar y desinformar a la población en general y al gobierno.
3) Crear un clima propenso para generar una revolución.
4) Provocar un violento derrocamiento del gobierno por revolución, guerra civil, insurrección o la creación de un conflicto internacional.
5) Impedir eventos internacionales, tratados o programas.
6) Establecer una reputación internacional o ganar reconocimiento político, doméstico o internacional.
7) Establecer enlaces internacionales con otros grupos terroristas o países que apoyan el terrorismo.
Objetivos pragmáticos inmediatos del acto terrorista
1) La liberación de prisioneros, obtener dinero de rehenes, obtener rescate por rehenes.
2) Robo de dinero, armamento o explosivos.
3) Destrucción de propiedades y edificios.
4) Obligar al gobierno a incrementar su seguridad y de este modo limitar las libertades de la población.
5) Asegurarse transporte fuera del país.
6) La adopción y la manipulación de causas para incrementar el apoyo de medios y miembros.
7) Propaganda armada para desacreditar al gobierno y demostrar que no puede mantener el orden.
8) Ocupando los recursos del gobierno para desgastarlos y para que no sean efectivos.
9) Satisfacción de la venganza.
10) Incrementar el descontento y la insatisfacción general del pueblo.
11) Atacar objetivos simbólicos.
12) Destruir la estructura social de una sociedad para producir el caos y al confusión.
Uso de los medios de comunicación
Muchos de los objetivos inmediatos pueden ser alcanzados por el uso de los medios de comunicación. La propaganda que viene de los medios de comunicación son objetivos importantes para el terrorista contemporáneo. Los medios de comunicación, especialmente en las sociedades democráticas, pueden ayudar enormemente a los terroristas en alcanzar sus objetivos. Es por el uso de los medios de comunicación que los terroristas pueden:
· Ganar la atención de esos grupos por quienes los terroristas claman que ellos luchan.
· Ganar la atención de la oposición.
· Proclamar su “causa”.
· Confundir al gobierno.
· Causar al gobierno vergüenza internacional, demostrando la ineptitud y fracaso de la gestión de gobierno.
· Demostrar su poder y establecer su credibilidad.
· Los medios de comunicación pueden ser usadas por grupos terroristas para aprender de las experiencias de otros grupos terroristas.
Dentro de la clasificación de los grupos terroristas existe la que se enmarca en pos de la motivación:
Grupos minoritarios y nacionalistas. Generalmente luchan por establecer una identidad nacionalista o para mejorar sus condiciones.
· Separatistas. Luchan por una administración o país separado para su pueblo. Muchos de estos movimientos han sido subvertidos y los países, oprimidos una vez que su status de libertad ha sido otorgado.
· Terroristas marxistas revolucionarios. Son responsables por la mayoría de los actos terroristas perpetrados a través del mundo. La violencia que es predicada por la doctrina marxista revolucionaria es muy utilizada por muchos grupos terroristas y grupos propensos a la violencia
· Anarquistas. Generalmente luchan para desestabilizar y destruir el presente. No quieren tener conexión con ningún partido político o facción que los “someta a algún gobierno”. Los anarquistas son por lo general apolíticos. En la mayoría de los casos los terroristas anarquistas buscan algún tipo de ideología con la cual asociarse que le provea con razones y excusas para sus actividades terroristas.
· Mercenarios ideológicos. Son generalmente terroristas transnacionales que viajan para prestar sus servicios y armamentos a grupos revolucionarios amigos o ideológicamente compatibles.
· Terroristas contraterroristas. Utilizan el terrorismo para combatir al terrorismo. Muchos de estos grupos emergieron como respuesta a las actividades de terrorismo. Estos grupos son más comunes de lo que se pensaba anteriormente. Un ejemplo de estas organizaciones está dado por la proliferación de los denominados “escuadrones de la muerte”.
· Terroristas neofascistas. Operan mundialmente, en la mayoría de los casos sin ninguna cohesividad organizativa internacional. Su ideología está identificada con el nacionalsocialismo.
· Terroristas ultraderechistas. Operan mundialmente. La mayoría de ellos actúan principalmente con sus propios países y casi nunca se inmiscuyen en los asuntos de otras naciones, a menos que piensen que su país esté amenazado. Esto grupos generalmente tratan de influenciar al gobierno para mantener el status quo, evitar las influencias neoliberales o prevenir convenios internacionales.
· Terroristas de Estado. Operan con el permiso del gobierno o hasta con su apoyo. Esta forma de terror por lo general es empleada para mantener sumisa a la población o para mantener al régimen existente en el poder.
· Fanáticos religiosos. Se encuentran en todo el mundo. Muchas atrocidades y actos terroristas han sido cometidos en nombre de la religión. Algunos grupos existen fuera del control del gobierno y podrían ser considerados como cultos religiosos radicales, mientras que otros existen como parte de religiones organizadas nacionales o internacionales.
· Narcoterroristas. Por años el tráfico de drogas ha sido ligado exclusivamente a elementos criminales profesionales. Más recientemente, las relaciones entre grupos terroristas y el mercado ilícito de drogas es cada vez mayor. Las ganancias obtenidas con este comercio sirven para financiar las actividades terroristas de estos grupos.
Por lo hasta aquí expresado resulta de interés exponer hechos que hasta el momento han sido analizados en forma aislada pero a tenor del proceso de desorganización social que vive el país se podrían ver desde otro contexto:
1. En America Latina han surgido en los últimos años movimientos indigenistas de carácter autonomico, tal es el caso de la Nacion Aymara que abarca parte de lo que hoy son los limites geográficos de Bolivia, Peru , Norte de Chile y parte de Norte Argentino (Provincias de Salta, Jujuy y parte de Tucuman).
2. No debemos olvidar, la influencia política que estos movimientos tuvieron en Ecuador en los últimos años en donde resultaron decisivos para la prosecución de los distintos mandatos presidenciales democráticos y en Bolivia en la caída del entonces Presidente Mesa ante la insipiente presión de dirigentes cocaleros encabezados por el hoy Presidente Evo Morales.
3. Colombia sufre el embate del narcoterrorismo, pero en los últimos años a partir de la insipiente represión por parte del Gobierno del Presidente Uribe apoyado por los Estados Unidos, genero que integrantes de las Guerrillas de las FARC y de Carteles de las Drogas, buscaran otros países de la región para instalarse y proseguir con su operaciones de manera mas segura.
4. En el orden local en los últimos meses diversos medios de Prensa se han hecho eco de atentados con bombas de fabricación casera en sucursales bancarias y cajeros automaticos. Estos ataques han sido auto adjudicados a diversos grupos anarquistas, los que al parecer podrían estar inter relacionados con otros que estarían operando en la Republica de Chile.
5. En este mismo orden, los medios de prensa patagónicos y chilenos , habrían reflejado la detención el dia 19 de agosto de una dirigente anarquista a quien se le atribuye participación en el atentado a la Escuela de Suboficiales de la Policia de Rio Negro y que en su país habría participado en hechos terroristas como ser el asesinato de un efectivo de carabineros, asaltos a Bancos y colocación de artefactos explosivos en cajeros electrónicos, tal es el caso de la Señora Andrea Urzua Cid, cuñada del ex dirigente lautarista Marcelo Villaroel a quien ayudo en su fuga de la Alcaidía de Junin de los Andes, en donde se encontraba detenido pronto a ser extraditado al país vecino.
6. A esta impronta debemos sumar los ataques a tres Unidades Militar, en los últimos dos meses con el objeto de saquear sus arsenales.
Sin intención de crear, un brote alarmista y atento al estado actual de situación debemos estar alertas antes este tipo de acontecimientos los que al parecer podrían acentuar el estado de disgregación existente.
Tal vez muchos podamos preguntarnos ¿ Como encontramos solución a este estado de cosas? La respuesta resulta sencilla a la vez que compleja:
La desorganización supone la ausencia de ajuste recíproca de las partes, con respecto del sistema total. Por su parte, la reorganización implica el necesario reajuste armonioso entre los elementos constitutivos del todo. Es obvio que dicho reajuste exige un eficaz desempeño administrativo y organizacional.
La eficacia con que una organización alcanza sus objetivos y satisface necesidades de la sociedad depende del desempeño de los administradores. De allí que sea necesario tener presente que la función básica de un administrador o líder formal, consiste en establecer la visión fundamental (propósito, misión y meta suprema) de la organización. En definitiva, el administrador especifica el fin tanto como la estrategia general que permitirá alcanzarlo. Para motivar al personal, el administrador buscará:
a) Convencerlo de que la visión organizativa y el papel del personal en ello es importante y realizable.
b) Desafiarlo con metas, proyectos, tareas y responsabilidades que los lleven a experimentar un sentimiento de éxito personal y grupal de realización y logro; y
c) Recompensar a los que hacen bien su trabajo mediante el reconocimiento, las gratificaciones y los ascensos.
Por su parte, el cuadro gerencial tiene por función básica ejecutar la visión. Así el gerente o ejecutivo y los empleados actuarán según modos que constituyen los medios para alcanzar el fin formulado.
En definitiva, la reorganización supone más trabajo de dirección para orientar la labor administrativa.
CONCLUSIONES
· La ansiedad que genera la anomia social e individual como consecuencia del proceso desorganizativo, permite explicar el incremento significativo de una multiplicidad de fenómenos que, desde distintas ópticas, buscan mermar la incertidumbre que puede volverse intolerable para los individuos.
· La desorganización social puede ser objeto de una explotación estratégica a través del manipuleo de los conflictos provocados por las tensiones sociales o económicas, mediante la propaganda y otros procedimientos insidiosos.
· La sociología aplicada distingue, en la tipología de los procesos de desorganización, los procesos estratégicos, en los que la desorganización de la comunidad suele utilizarse como técnica para apoderarse del poder político en la primera fase de la dinámica revolucionaria: la agudización del desasosiego de la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario